El Errotaundi ISB disputó su este sábado su primer partido de la temporada fuera de casa y la verdad es que no le salieron demasiado bien las cosas. El partido tenía su dificultad, porque el Irauli Bostekoa la temporada pasada estuvo en los puestos nobles de la tabla y sobre todo porque jugándose el partido a las 20:00 en Anoeta, sabiendo que a 50 metros se estaba disputando el derbi vasco, no es fácil tener la cabeza donde hay que tenerla: en la cancha donde estas jugando tu partido.

Desde un principio se vio que no sería el día del Errotaundi. Sólo hizo falta ver el ritmo que pusieron en sus ejercicios de calentamiento que hicieron los del ISB. Y cuando se calienta mal… lo más normal es que entres frío al partido y recibas un 8 a 0 de parcial como el que dio comienzo al partido. El equipo no mostró ningunas ganas de dejarse la piel en defensa, ni tampoco la pasión por intentar hacerlo bien como lo hicieron en el primer encuentro. A la hora de capturar los rebotes en defensa hubo muchísimas dificultades, y a los jugadores se les olvidó una y otra vez ir a por el rebote de ataque. Si esto valiese siquiera para hacer un buen balance defensivo… pero la verdad es que los locales pudieron salir al contrataque con mucha facilidad la mayoría de las veces. De este modo, los donostiarras, sin hacer nada del otro mundo, consiguieron tener rentas de 11-13 puntos en todo momento, y eso que los del ISB estuvieron bastante acertados en los lanzamientos exteriores.

Se suele decir que en todas las cosas malas se puede encontrar algo positivo y de este partido también se pueden sacar cosas buenas. Por ejemplo, la casta que sacaron algunos jugadores en el último cuarto. Según se mandó desde el banquillo hacer una defensa diferente, el equipo mostró otra cara atrás y eso propició poder acercarse en el marcador. Hasta a 4 puntos se puso el Errotaundi, pero sólo pudo acercarse hasta ahí. Al final se terminó con un 64 a 59 en el marcador y con la sensación de que en casa se le puede ganar al contrario de ayer. Eso sí, con más disposición de trabajo, porque si no se curra no hay victoria posible.