Nunca es fácil la labor de un árbitro. Siempre hay alguna queja por un lado o por el otro hacia su trabajo y por eso los jugadores y equipos se deberían dedicar a facilitarles las cosas y no a ponerles trabas. Eso es así, pero también por parte de los colegiados debería existir el compromiso de hacerlo lo mejor posible dentro de una cancha, porque si no puede pasar lo que sucedió el sábado en Bergara: que el árbitro se convierta en el máximo protagonista del partido, y no precisamente por realizar una labor espectacular. Un árbitro puede tener un mal día (todos los tenemos y muy a menudo), incluso puede ser un mal árbitro, pero sin haberte ganado el respeto dentro de la cancha, dedicarte a provocar y sacar de quicio a los jugadores y salir por las puertas del polideportivo como si fueras el mejor del mundo, eso no se puede permitir. Pitar una falta antideportiva a un jugador por quitarle la mano de encima a un contrario, señalar dobles a otro por salir trastabillado tras el empujón de un contrincante, pitar cosas que pasaban debajo del aro, estando su compañero allí y habiéndose quedado callado, cuando todavía no había cruzado el campo… el árbitro principal enfureció en más de una ocasión a los jugadores del Errotaundi con sus decisiones durante el partido, pero a veces es bueno mantener la cabeza fría y en buena medida gracias a eso se volvieron a casa los jugadores del Iraurgi con una victoria.

La verdad sea dicha el Bergara no cuenta con un equipo demasiado fuerte y eso quedó patente en los primeros minutos del partido. Demostraron tener muchas dificultades a la hora de hacer el balance defensivo y con sendos robos de balones y saliendo al contrataque los del ISB abrieron hueco enseguida en el marcador. Una desafortunada jugada hizo que tuviera que venir la ambulancia a llevarse a un jugador local tras machacarse la rodilla. Pero esto no enfrió a los del Iraurgi y consiguieron llegar a los últimos minutos del cuarto 5 a 21. Menos mal que abrieron ese hueco porque a partir de ahí todo fueron dificultades. Larra no pudo jugar al lesionarse en el calentamiento y eso dificultó mucho el juego en estático para los de Zurbano y los mahoneros consiguieron acercarse un poco en el marcador. Acercarse si pero nunca ponerse por delante, por una parte porque a pesar de las trabas arbitrales los del Errotaundi supieron acertar en los momentos claves y por otro porque tuvieron mucha paciencia. Eso si, los últimos minutos fueron de autentico infarto. Los locales se crecieron gracias a los regalos dados por los de gris y empezaron a creer que la victoria era posible. Se pusieron a dos e incluso a un punto, pero Xabi Aldalur asumió la responsabilidad en ataque para mantener a los suyos por delante. El Bergara tuvo un último lanzamiento ganador, desde la mitad del campo, pero tras pegar en el tablero y tocar el aro, el balón no quiso entrar. El destino en este caso quiso que la victoria se la llevara el que más se lo merecía.

Es curioso pero habiendo conseguido la victoria el Errotaundi ISB ha retrocedido una posición en la clasificación, pero eso tiene que quedar en una mera anécdota, puesto que el equipo hizo un buen trabajo en líneas generales y si sigue por ese camino, seguirá acumulando victorias.