Cuando la competición se convierte en juego

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Foto: Iraurgi SB

El Errotaundi perdió el sábado frente al Santo Tomás Lizeoa por 54 a 63.

El Errotaundi ISB no ha conseguido aún marcar su casillero con una victoria. Tres partidos disputados y tres derrotas. Pero eso no es lo peor. Lo más preocupante es la capacidad del equipo de convertir los supuestos pasos adelante en pasos atrás de un día para otro.
Si la semana pasada se podía decir que el equipo había dado un paso adelante en cuanto a actitud y juego, este fin de semana, ante el Santo Tomas Lizeoa el equipo dejó en clara evidencia sus carencias. Algunos jugadores sufren mucho físicamente, pero el que no sufre tampoco sabe sacar ventaja de ello; técnicamente todos los equipos están más o menos al mismo nivel y parece difícil poder encontrar la llave para la victoria por ahí. Pero sobre todo fue en la actitud donde más carencias se pudieron observar. Ganas no les falta a los jugadores y eso lo demuestran entrenamiento tras entrenamiento, pero en la competición hace falta algo más que tener ganas de, en cuanto a la actitud se refiere. Las ganas y el deseo muchas veces no van de la mano y cuando esto ocurre la competición se convierte en juego. Algo así le está sucediendo al Errotaundi este principio de temporada y el ejemplo de ello es el pobre 35% conseguido en los tiros libres el pasado sábado. Encontrar algo de malicia entre ellos tampoco es fácil y la muestra de ello es la dificultad que tienen los pívots para acabar las jugadas en los pocos balones interiores que les llegan. Unas veces porque no se puede, otras porque un “supuesto miedo” produce talk impotencia que se hace imposible.
Todo no es malo, por supuesto. Muchas veces se dice que hasta de lo más negativo se pueden sacar cosas positivas y en este caso también ocurre eso. El equipo tiene carácter. Lo demostró en Tolosa, también durante algunos minutos contra el Inter se sacó todo lo que se tiene dentro e incluso contra el Liceo se jugaron algunos minutos buenos cuando se podía haber dado todo por perdido. Y por qué no decirlo, jugando tan mal contra uno de los equipos que va a estar arriba si se perdió solamente por 9 puntos demuestra que no todo es un desastre. Ahora lo que falta es que ese carácter, ese deseo y ese buen juego aparezcan en cancha el mayor tiempo posible y no sólo durante algunos minutos.

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