El Errotaundi ISB ha comenzado una nueva temporada y como todo nuevo comienzo no ha sido fácil. Por un lado, porque el equipo va a jugar en una categoría superior. Y por otro, porque los jugadores van a tener que amoldarse a un nuevo sistema de juego y entrenamientos. Pero por lo menos se ha empezado ganando. Una muy sufrida victoria, pero victoria al fin y al cabo, y caminar por el nuevo sendero siempre es más fácil de éste modo.

La verdad es que el partido contra el Alde Zaharra tuvo de todo. Dos prórrogas, siete jugadores eliminados (sólo uno por parte donostiarra y 6!! Por parte local. Y es que parece que los recién ascendidos no pueden tener el mismo respeto arbitral que los perros viejos), dos lesionados y tensión, mucha tensión. Durante algunos instantes del partido los del Iraurgi mostraron pinceladas de lo que se les va a pedir durante la temporada, pero también quedó claro que tienen mucho que mejorar aún. Sobre todo en tareas defensivas. Es verdad que el conjunto al que se enfrentaron tenían hombres muy altos y duros para jugar bajo los aros, pero también es verdad que si se quiere ganar no es posible dejarse coger tantos rebotes.

Desde un principio se vio que el partido sería muy igualado. Ni uno ni otro equipo fue capaz en ningún momento abrir un hueco de más de 4-5 puntos. Los del Alde Zaharra usaban su fuerte juego interior para hacer daño, los locales en cambio lanzaban desde fuera dada la dificultad que encontraban para penetrar en la zona contraria. Un par de buenas defensas consecutivas posibilitó que el Errotaundi saliera al contrataque y abriera un poco de hueco en el marcador. Pero algunos desaciertos por parte de los del ISB y la cantidad de faltas que los árbitros pitaron a los locales hicieron que los donostiarras se mantuvieran vivos en el partido. Ese fue quizá el mayor error cometido por los de Javi Zurbano, que a pesar de usar diferentes defensas y ataques no fueron capaces de romper el partido, haciendo que los visitantes creyeran que podían darle la vuelta al partido, dificultando de esta manera las cosas en demasía.

Tanto se complicaron las cosas que el encuentro se terminó con empate a 61. Eso sí, el árbitro, según se señaló el final (el anotador ya había hecho sonar el silbato aunque el colegiado hizo caso omiso), pitó una falta dando dos tiros libres al conjunto visitante. Pero los del Alde Zaharra fallaron sus dos lanzamientos y el partido se fue a la prórroga. Unos estaban plagados de faltas, los otros bien cansados. Eso propició que la primera prórroga también terminara con empate en el marcador. Pero en los cinco siguientes minutos, el Errotaundi cambió de defensa haciendo que los contrarios no supieran como atacarla. Al otro lado de la cancha en cambio, Xabi Aldalur supo agujerear el aro donostiarra y aunque su equipo terminó con un jugador lesionado de los cinco que quedaban en cancha, la victoria se quedó en casa: 77 a 71. Que un equipo recién ascendido gane su primer partido de la temporada a un descendido de Autonómica, no es una mala manera de empezar la liga.