- Este es tu segundo año como entrenador del primer equipo de chicas y por lo que se ve desde fuera por lo menos la experiencia está siendo buena, ¿no?
“Para mí lo del año pasado fue una novedad muy grande, porque pasar de estar toda la vida en categorías inferiores a dirigir seniors y encima en una categoría como esta… pero esas primera inquietudes, en la medida en la que fuimos asentándonos, se fueron disipando durante la temporada. También para las chicas era novedoso porque llevaban seis años con el mismo entrenador y suponía un cambio muy grande, pero creo que fue una experiencia realmente positiva y enriquecedora. Además conseguimos el objetivo de la permanencia bastante pronto porque para febrero ya estábamos salvadas. Este año, por un lado las cosas son más fáciles, porque nos conocemos mutuamente mejor y porque el comportamiento de las jugadoras es ejemplar, tanto en los entrenamientos como cuando proponen cosas diferentes… siempre están dispuestas para trabajar a tope. Por el momento hemos empezado bien, y aunque nuestro objetivo volverá a ser mantenernos en la categoría cuanto antes, estamos disfrutando y tenemos que seguir así. Lo que tenemos claro es que si trabajamos duro somos capaces de ganar a cualquiera. De igual forma que si no lo hacemos, cualquiera terminará venciéndonos”.
- Quizá la clave está ahí, que el equipo ha hecho frente a las dificultades comportándose como un equipo.
“Sin duda esa es la clave. Tenemos claro que por encima de las individualidades este es un equipo. Algunas debido a los estudios o al trabajo han tenido que dejar el equipo. Otras en cambio han vuelto a las canchas. Por ejemplo este año la vuelta de Ana es significativa puesto que hay que ver con qué fuerza y con qué ganas ha vuelto después de estar un año sin jugar. También hay que destacar el trabajo que hacen las juniors que vienen con nosotros. Siempre están dispuestas a echar una mano, incluso cuando tienen que doblar entrenamientos. Y viendo esa actitud, las veteranas las acogen como unas integrantes más del equipo. Hay muy buen ambiente, muchas ganas de trabajar y todo eso normalmente trae consigo buenos resultados”.
- Llevas muchos años trabajando en categorías inferiores. ¿Crees que el nivel que hay en esas categorías gracias a la gran labor de cantera que se hace, se refleja en los equipos de arriba?
“Tengo claro que con los equipos de chicas que hay en Azpeitia y Azkoitia en categorías inferiores, el primer equipo subirá de nivel en los próximos años. El trabajo de cantera que hacen los entrenadores es increíble y eso tiene que dar sus frutos. Que un “pueblo” como Azpeitia-Azkoitia haya mantenido durante tantos años un equipo en la Primera División femenina es una muy buena señal. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los otros equipos son de alguna capital, y el que no lo es, hace fichajes de aquí y de allá. Nosotros jugamos solamente con las chicas de casa”.
- Te vemos optimista
“Y mucho. Es verdad que por estudios o trabajo o alguna otra razón habrá años en los que el equipo sufra más, pero con las ganas que ponen estas jugadoras no puedo ser más que optimista. Además, después de empezar la liga ganando los dos partidos que hemos jugado… como les decía a las chicas el otro día cuando volvíamos en el autobús, después de ganar el sábado, los lunes tienen otro color. A ver si éste fin de semana conseguimos la tercera consecutiva. Luego la liga ya nos pondrá en nuestro lugar, pero este equipo va a dar muchas alegrías, siempre que nos respeten las lesiones claro, por la actitud que muestran las jugadoras, porque no creo que físicamente seamos menos que otros equipos y porque disfrutamos con este juego”.
- De todas formas ¿no tienes la sensación de que el baloncesto femenino tiene muy poca repercusión?
“Pero eso es algo que en general está pasando en el deporte: siempre se sigue más el masculino que el femenino. De todas formas, el año pasado, mi primero con el Zurt, me llevé una gran alegría cuando comprobé la cantidad de gente que se acercaba al polideportivo de Azkoitia a ver nuestros partidos; amigos, familiares, o gente que simplemente paseaba por la calle y venía a vernos. También es cierto que con las nuevas tecnologías, el Facebook, el twitter… hay mucha gente que sigue los pasos del Zurt y eso es bueno, pero también es cierto que teniendo en cuenta que todas las jugadoras son de casa y que el trabajo que realizan tanto los entrenadores de categorías inferiores como las propias jugadoras para llegar ahí arriba es tan grande, que si deberían de tener más repercusión de la que tienen”.