Por parte de la F.E.B., el tema parece estar claro y desea hacer oidos sordos a los más de 30 equipos a los que esta decisión les puede afectar en su futuro más inmediato de forma muy negativa, al verse inmersos de manera fulminante con un descenso de categoría.

Los equipos de EBA les han hecho llegar el mensaje de inquietud en el que se encuentran, añadiendo que una posible reestructuración debería de ser consensuada por todas las partes afectadas dentro de la piramide que conforman las actuales divisiones del baloncesto español y con un margen de maniobra de al menos una temporada, consiguiendose los posibles ascensos, si estos fueran menester, siempre por la via deportiva.

Con un cierto pesimismo han salido de la citada reunión al ver que los maximos mandatarios de nuestra F.E.B. parecen tener claro la creación de la nueva categoría sin considerar los agravios antes citados para muchos equipos de toda nuestra geografía y en aras tan solo, de satisfacer a una serie de clubes cuya capacidad para conseguir el ascenso es nula.